Agradezco enormemente las muchas muestras de interés por los curso que venimos organizando en el Centro Cántabro de Yoga. Creemos que una visión amplia a la hora de practicar yoga facilita el juego sobre la esterilla, de ahí nuestro empeño constante en traer a Santander a maestros con perspectivas de Yoga aparentemente dispares pero con un nexo común: la pasión por lo que hacen y la generosidad con la que lo trasmiten.
Para responder a las preguntas que nos llegan, con cada vez mas frecuencia, acerca de si con estos cursos intensivos se otorga algún título o son de formación para ser profesor de yoga, decir lo siguiente:
La práctica de yoga es un movimiento lúdico, vivo, en continuo movimiento; muy frecuentemente, durante la práctica, durante la escucha, se descubren las “cartas” con las que la cabeza juega constantemente (tendencia a la comodidad por miedo, sabotaje, prepotencia y un largo etc). De entre todas estas cartas hay una especialmente asfixiante. Seguro que les suena: “hacer algo para obtener algo a cambio”. Pensamiento hasta cierto punto defendible si no fuera porque habitualmente se presenta acompañado del “hacer mas para obtener mas”.
Cuando con frecuencia se describe en los medios de comunicación de forma pomposa al yoga como liberador (-el yoga cambió mi vida- dice la estrella de cine de turno), no es porque de repente uno se convierta al vegetarianismo o vista de blanco. El yoga es profundamente liberador porque rompe el circulo (vicioso), la inercia de lo aprendido, lo viejo. Nos enseña a tomar distancia y a tener una perspectiva lúcida. Ya no es necesaria la bola de cristal. No hay sitio para el “luego”. El cuerpo no entiende el “luego”. No cabe el “beneficio futuro”.
Siempre que se generaliza se comete un error. Así que cometiendo el error de generalizar podríamos afirmar que no todos los cursos de formación de profesores otorgan al yoga la categoría de arte y, descorazonadoramente, muy pocos brindan la capacidad de independencia al practicante. Lamentandolo mucho, si lo que busca es un título, aquí no lo va a encontrar. Aquí, tal vez, encuentre un cuerpo y su vibración, sonido y silencio, sol y luna, ha y tha. Ajenos al “hacer para obtener”.
Al abrigo del presente.
Gabriel Martinez
Hay que saber que la paz no está en el mundo
sino en la mirada que posamos sobre él (...)
que la alegría no es jamas para el mañana,
sino para hoy o no será.
Jaques Lusseyran